lunes, 13 de abril de 2020

Un día de trabajo normal. 2ªparte

La hora del lunch y del recreo de los niños era también la hora de mi lunch. Yo también sólo disponía de 20 minutos escasos para comer porque siempre me tocaba guardia, que era estar en la cafetería mientras ellos comían, o si no estar en el patio durante su recreo, con lo que mi tiempo para comer era muy corto, y más para mi, que como super lenta. Tras el recreo, vuelta a clase hasta la 1:30, que era la hora a la que se iban los niños. Ellos esperaban en clase a que les vinieran a buscar, normalmente sus nannies, a algunos sus chóferes, a algunos pocos sus madres y sólo a uno o dos sus padres. Después de irse los niños lo normal era tener reunión de 2 a 3 con l@s compañer@s de Segundo. Menos mal que mi equipo era muy majo y había muy buen rollo. Con ell@s aprendí mucho y eran muy generos@s y pacientes porque había muchas cosas de las que yo no tenía ni idea. A las 3 nos podíamos ir para casa pero yo lo normal era que me quedara una hora más para planificar para el día siguiente así que hasta las 4, como mínimo, no me iba. Desde las 6:20 de la mañana hasta las 4 y pico. La verdad es que era agotador, llegaba a casa molida. 

Durante el día no todo el tiempo lectivo era yo dando clase, a los niños también les daban clase otros profes, los especialistas. Tenían clase de Arte, Música, Árabe, Educación Física y no recuerdo si algo más. Y a menudo, mientras ellos estaban en clase con sus especialistas nosotr@s l@s profes de Segundo, estábamos reunid@s. Nunca en mi vida he tenido que asistir a tantas reuniones como en Qatar, qué horror! Lo positivo del caso, como digo, es que era con gente que me caía bien y de la que aprendía así que, en ese sentido, bien. 

Cuando llegaba a casa lo normal, sobre todo al comienzo, era que estuviera reventada de agotamiento, no podía con mi alma pero aún así, los días que no estaba demasiado agotada intentaba irme un rato al gimnasio que estaba en el club social a 5 minutos de casa aunque sólo fuera para utilizar la cinta de caminar y despejarme un poco la cabeza. No iba mucho tiempo, la verdad, porque solía estar muy cansada pero siempre era agradable porque a este club venía gente de la escuela y solías charlar un rato con alguien.  Luego me iba para casa, ducha, cena, peli y a dormir. La cena era la comida del día, ahora sí tenía tiempo para comer tranquila así que hacía una comida propiamente dicha. Como soy vaga para cocinar lo que hacía era comprar la comida en la cafetería del cole: me llevaba un par de taper y los cargaba bien con comida variada y rica, con lo que así no tenía que preocuparme por cocinar y me salía barato.

La verdad es que los primeros meses mi vida en Qatar fue muy monótona y de trabajo duro, sólo vivía para trabajar. Pero es que esta escuela era muy difícil como profe, como decía una compañera, esta escuela es un monstruo, se tardan 2 ó 3 años en pillarle el truco, y es cierto.

Las semanas en Qatar, en el mundo árabe, van de Domingo a Jueves, no de Lunes a Viernes. Parece una tontería pero no veas cuánto cuesta este cambio. Recuerdo alguna reunión que planifiqué para un miércoles, considerándolo yo el tercer día de la semana, y tenerla en cambio a martes, sin contar con ella porque me había equivocado en mi planificación, porque yo, inconscientemente, seguía pensando en las semanas de Lunes a Viernes. Parece una chorrada pero no lo es, cuesta bastante hacer el cambio.









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