jueves, 2 de abril de 2020

Bicicletas, cervezas y bolsas de la compra.

En Eritrea mucha gente se mueve en bicicleta, gente mayor, gente joven, eso sí, ahora que lo pienso, hombres mayores sí la usan pero mujeres mayores no. Llegó un momento en que hasta yo me compré una bicicleta animada por Paco. Yo ni me lo había planteado y de entrada no quería, fundamentalmente porque me daba miedo. Yo apenas me había montado en bici de niña pero sí sabía andar en bici, poco y mal pero sí sabía. Está visto que eso que dicen que "cuando aprendes a montar en bici nunca se olvida" es verdad. El caso es que nos las compramos. Paco super bien porque está habituado, en Cuba la usa constantemente, pero yo iba con miedito. De hecho, tuve que practicar con ella por mi calle al comienzo porque no las tenía todas conmigo pero afortunadamente poco a poco le fui cogiendo el tranquillo y ya iba bien, con prudencia pero tranquila. Mi bici era de paseo, con una cesta, muy bonita, la verdad, y muy cómoda, esa cesta venía fenomenal.

En cuanto la compré empecé a ir a la escuela con ella. Tardaba como 20 minutos en llegar, un ejercicio estupendo, así estaba yo de en forma! Tuve que aprenderme la ruta porque iba por unas calles diferentes a las que solía tomar en taxi y ese camino no lo conocía pero Paco sí así que él me guió unas cuantas veces hasta que me aprendí el camino. La verdad es que era super chulo ir al cole en bici, me encantaba y lo echo de menos. Temprano por la mañana, poder ver, al ritmo de una bicicleta, cómo se despierta la ciudad, la gente que va al trabajo, los niños al cole, ser parte de ese despertar está genial. Había que tener cuidado con el tráfico, no porque fuese mucho pero a veces las normas de conducción o no las sabían o les daban igual y llegabas a ver auténticas salvajadas que podían ser peligrosas, habitualmente relacionadas con el carril por el que tenían que circular. La suerte es que las velocidades eran bajas, menos mal, y yo iba siempre super alerta, desconfiando todo el tiempo de lo que pudieran hacer los demás. Al llegar al cole aparcaba mi bici en una esquina del patio a la sombra junto a otras bicis de compañer@s del cole, no muchas en realidad. Cuando llovía tenía la precaución de cubrir el sillín con un plástico y listo. Eso sí, me tocaba esperar a que dejara de llover, claro, para no empaparme. Lo bueno es que no llueve a menudo en Asmara aparte de en la época de lluvias en verano así que no había mucho problema en ese sentido. En invierno a menudo eché de menos no tener un par de guantes de camino al cole por la mañana porque yendo en bici se sentía más el frío.

Desde que las compramos íbamos prácticamente a todas partes en bici, excepto cuando íbamos a alguna fiesta elegante o a algún lugar muy lejos de casa. Tampoco usábamos las bicis por las noches o cuando sabíamos que podríamos regresar a casa de noche. Y es que en cuanto anochecía no había mucha iluminación por las calles y yo lo encontraba peligroso. La gente local está habituada y le da igual con lo que los ves en su bicis, sin luces de ningún tipo ni nada reflectante, de noche, por la carretera, circulando tranquilamente, sólo los ves cuando estás ya pegada a ellos, un peligro, la verdad. Para ellos es totalmente normal, no sé, deben de tener ojos que ven en la oscuridad porque yo no me lo explico.

Con las bicis también empezamos a ir a hacer la compra al mercado los fines de semana, toda una experiencia. Llevábamos nuestras bolsas de la compra y sendas mochilas a la espalda para cargarlas con nuestras compras. Así se nos iba la mañana del sábado. También salíamos de paseo a explorar nuevas zonas de la ciudad.

En Eritrea tienen su propia cerveza, Asmara Beer, que tiene mucho éxito, los cerveceros dicen que está muy rica. De hecho, lo habitual era que todo el mundo pidiera esa cerveza por encima de las demás marcas internacionales. Yo no puedo opinar porque a mi no me gusta la cerveza, ninguna. Dicen que está mejor la Asmara Beer de botella que la de lata. Cuando compras botellines lo normal es que tengas que llevar los cascos vacíos para que te puedan dar nuevos. El problema es que si no tienes cascos vacíos creo que no te dan nuevos, o si te los dan son más caros con lo cual, si no tienes cascos vacíos no puedes empezar a tener nuevos, la pescadilla que se muerde la cola. Paco se movió y consiguió una caja llena de botellines vacíos de algún expat que se iba con la que pudo empezar a tener sus reservas de cerveza en casa.

Un domingo por la mañana Paco tenía antojo de cerveza. Como no teníamos ninguna en casa salimos con nuestras bicis a un bar. No había cerveza. Fuimos a otro bar. Tampoco había. Preguntamos dónde podría haber. Nos recomendaron otro bar. Fuimos de bar en bar hasta 6 bares en diferentes puntos de la ciudad buscando la cerveza de Paco que no conseguimos encontrar. Si no hubiésemos tenido las bicis no habríamos podido hacer ese periplo en búsqueda de cerveza, periplo agotador y más para mi porque yo no tenía la motivación ya que a mi no me gusta la cerveza! Esto era relativamente frecuente, que no hubiera cerveza en los bares, de vez en cuando la fábrica dejaba de producir.

Otras consumiciones frecuentes nuestras en los bares eran el mai yaya o el mai plastic. Qué son el mai yaya y el mai plastic? Algo tan simple como agua normal y agua con gas! Cuando ibas a un café lo normal era pedir un capuccino, caffe latte, etc, todo al estilo italiano, resultado de la herencia italiana del país. También ofrecían muchos zumos naturales de frutas, de hecho, yo las naranjas más ricas que he tomado en mi vida son las de Eritrea, estaban increíbles, deliciosas, no las he vuelto a tomar tan ricas.

Una cosa que me gustaba mucho al ir a hacer compra en cualquier tiendita de alimentación es que las bolsas de plástico estaban prohibidas, tanto es así que si el dueño de la tienda las usaba le podía caer una sanción y acabar teniendo la tienda cerrada un mes. En su lugar utilizaban bolsas de papel. Pero lo mejor era el tipo de papel que utilizaban! Aprovechaban los folios que se utilizaban en los centros escolares, de exámenes(tachando los nombres de las personas), de fotocopias ya utilizadas, papeles de cualquier organismo que no tuviesen información confidencial de ningún tipo, todo folio que se pudiese reutilizar lo aprovechaban, juntaban dos, lo pegaban por los lados para formar un sobre y ahí te metían tu compra, o bien formaban un cucurucho con un papel solo y ahí te metían tu pequeña compra. La verdad es que me parece una idea genial, reutilizar el papel y así evitar plásticos, podíamos copiarla. Creo que las mujeres de la limpieza de mi cole recogían los papeles de la basura de las clases que veían en buen estado y los vendían para este nuevo uso, supongo que no pagarán mucho por ellos pero es mejor esto que tirarlos y ya. Cuántos papeles no se tirarán en una escuela al cabo del día!

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