lunes, 23 de marzo de 2020

Internet, electricidad y agua.

En nuestra escuela, como en todo el país, había problemas con la electricidad, había cortes de luz constantemente por lo que el trabajo con los niños tenía que ser constantemente como siempre, con lápiz y papel, tecnología prácticamente cero. Teníamos fotocopiadora pero si querías darles fotocopias a los niños era conveniente que las planificaras con tiempo y las tuvieras hechas con unos cuantos días de antelación. La electricidad en realidad no era necesaria todo el tiempo en clases pero sí necesaria para poder usar internet. Google funcionaba a duras penas, prácticamente nada. Si buscabas algo en Google podías ver las imágenes pero los textos no se te abrían, los videos ya impensable. Facebook se abría pero los mensajes privados era rarísimo que se abrieran. Hotmail no funcionaba, en cambio Gmail sí. De hecho, yo antes de Eritrea usaba Hotmail pero a raíz de Eritrea me tuve que abrir cuenta de Gmail, cosa que ya me habían advertido antes de ir y la abrí antes de mudarme allí.

Al llegar a Eritrea me di de alta en la embajada española más cercana como residente en el país. Es algo que conviene hacer cuando te vas fuera porque si pasa algo en el país en el que estés al menos tu embajada sabe que tú estás ahí y te puede echar una mano. En Eritrea no hay embajada española así que me tuve que inscribir en la embajada más cercana que está en Sudán, en Kartúm. Como no podía ir allí en persona les tuve que enviar por correo electrónico un documento con mis datos. Qué número para enviarlo! Como en casa no tenía internet( ni yo ni nadie) tuve que enviarlo desde mi ordenador de la escuela. El problema es que se ve que ese archivo adjunto era muy pesado y tardaba mucho en cargar, mucho mucho. Lo intenté varias veces pero no había forma, además de que a veces, cuando estaba en pleno proceso de envío, se iba la luz y había que volver a empezar. Como el tema era desesperante le pedí al informático del cole que me ayudara con ello. Tuvo que parar el internet del resto de los ordenadores de la escuela(uno por aula además del del director) para que mi simple archivo pudiera ser enviado, y aún así tardó un buen rato.

Como digo, en Eritrea no teníamos internet generalizado, nada de internet en los móviles ni nada de internet en las casas, era como un viaje en el tiempo, regresar a los tiempos pre internet. Y la verdad es que me gustó. Al no tener internet en el móvil no perdía tiempo en chorradas en internet y lo podía aprovechar para leer, leí muchísimo en mis dos años en Eritrea. Cuando quedabas con amigos la charla era sin teléfonos en la mesa constantemente consultando que si WhatsApp, que si Facebook, que si otras tonterías, conversación como siempre se ha hecho, muy agradable.

Hay ciber cafés en Asmara pero son lentos igual que el internet allí, puedes estar mucho tiempo para simplemente abrir tu correo electrónico, y siempre con el riesgo de que se vaya la luz y tener que volver a empezar en cuanto enciendan el generador.

En mi casa en Tiravolo la escuela me había puesto un generador para poder tener luz cuando se cortase la electricidad por las tardes. La verdad es que sólo lo utilicé una o dos veces. Me habitué a no usarlo, en realidad podía pasar sin él, ver la tele no me era imprescindible, en vez de tele leía y tan ricamente. El único electrodoméstico que sí necesitaba de luz todo el tiempo era la nevera pero afortunadamente la mía enfriaba muy bien con lo cual, aunque tuviera cortes diarios de luz, los alimentos no se estropeaban, resistían bien.

Aparte de los problemas con la electricidad y el internet en el país había problemas con el agua, y ese sí que era un grave problema, más que la luz, a mi juicio. Yo, afortunadamente, apenas tuve problemas con el agua en el primer año, en mi casa apenas había ese problema. De todos modos yo tenía un barril muy grande que se podía llenar de agua en caso de que hiciera falta, y mis caseros también tenían. Las pocas veces que me faltó agua sólo tenía que avisarles y me traían unos cuantos cubos de emergencia. Eso no quita que el chorro de agua que tenía en la ducha era bastante enclenque pero daba para ducharse sin problemas. Para lavarme el pelo siempre calculaba que fuera en horas que hubiera electricidad para poder luego usar el secador y no quedarme a medias porque se fuera la luz.

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