Senegal 3: viaje a Saint Louis y primera noche allí.

Tras la primera noche en casa de nuestro anfitriòn le entregué todo el material escolar que le había llevado. Ambos somos profes de inglés,la diferencia es que yo trabajo en una escuela en Europa, y él trabaja como voluntario en una escuela comunitaria en África,en donde falta de todo,como más tarde en mi viaje pude comprobar. Como le llevaba muchas cosas mi maleta lo agradeció:seguía pesando más de lo que yo quisiera pero se aligeró en algunos kilos.

Tras los agradecimientos mutuos nos acompanaron a coger el autobús para Saint Louis. Era cerca de su casa así que nos ayudaron con las maletas,nos metieron en el autobús,y esperaron a que nos dieran la vuelta antes de bajarse,para evitarnos problemas,super amables. Ellos sabían que el viaje en taxi sería más rápido y cómodo pero también sabían que ir en el bus era una experiencia que merecería la pena. Y acertaron.

El viaje en el bus duró 6 horas! Eso en un autobús normal europeo ya es para mi suficiente agobio,y eso que se suele ir bastante cómoda,con aire acondicionado,con alguna peli quizá también.En fin,todas las comodidades para hacerlo llevadero. Ahora bien,en este autobús Dakar-Saint Louis no había ninguna de esas comodidades. Para empezar,las piernas las llevaba encogidas porque mi maleta iba en el hueco de mis piernas,el aire acondicionado era el aire que entraba por la ventana...si tenías la suerte de ir al lado de la ventana! (qué buena idea fue llevar mi hermoso abanico enorme!!!). Paradas hubo un montón, y todas las veces se arremolinaba en torno al bus algún grupo de mujeres vendiendo cosas,generalmente mangos,algunas incluso subían al bus para intentar vender su mercancía. Cuando ya llevábamos un buen montón de horas metidas en ese bus y ya pensábamos que no íbamos a llegar nunca,o bien que ya nos habíamos pasado de Saint Louis y no nos habíamos enterado vemos que el autobús se para y el conductor nos indica que nos bajemos.Nosotras en principio no nos queríamos bajar porque pensábamos que lo que quería era que compráramos algo a las mujeres que vendían. Así que cuando vimos que volvía decidimos hacerle caso...y menos mal,porque lo que nos decía era que nos tocaba cambiar de bus!!!!

El nuevo autobús iba aún más lleno de gente,por haber había gente hasta en la zona del pasillo,en donde había unos asientos móviles,sin respaldo,que se subían a un lado cuando la gente tenía que pasar.Íbamos,literalmente,como sardinas en lata,y con un calor tremendo. De nuevo,qúé gran idea haber llevado mi maravilloso abanico!

Cuando por fin llegamos a la estación de buses de Saint Louis cogimos un taxi que nos llevó a nuestro albergue que,comparado con la noche anterior,nos pareció una maravilla.

En cuanto soltamos el equipaje nos fuimos a dar una vuelta por la ciudad,que nos impresionó por su pobreza y decrepitud,además de por su belleza,por lo que fue,y por lo que podría volver a ser si se invirtiera en ella.En cierta manera me recordaba a La Habana,por esa combinación de pobreza,decrepitud y belleza.Una pena.

Un hombre pescador se nos unió y nos llevó a la playa de los pescadores,a la que llegamos cruzando lo que nosotras llamamos "el Bronx de Saint Louis":pobreza absoluta,cabras,arena,ninos descalzos abandonados,un horror. Al llegar a la playa allí estaban los pescadores con sus barcas de colores preparándose para ir a trabajar. La playa era preciosa,muy grande y pintoresca pero como era un lugar de trabajo estaba bastante sucia.

Estando allí coincidió la puesta de sol y como estábamos en pleno Ramadán,que justo había empezado el día anterior(ya es mala suerte para nosotras!) a esa hora todo el mundo se puso a comer algo. Los ninos de la calle se arremolinaron delante de una puerta en donde les dieron de comer y beber. Ver a todo el mundo comiendo y bebiendo a la vez era todo un espectáculo.

De allí también nos fuimos a cenar nosotras,que no habíamos comido más que fruta y frutos secos que llevábamos en el bus.Y de allí a cama que nos lo habíamos merecido,hoy había sido un día muy largo.