miércoles, 29 de agosto de 2012

Senegal 5: De Saint Louis a Casamance.



Tras la noche pasada de parranda con los músicos guineanos de Saint Louis tocó madrugón. Nos levantamos a las 7,tras haber dormido sólo dos horitas,y en taxi de vuelta a Dakar,a coger el ferry que nos llevaría a Ziguinchor,Casamance,en el sur del país. Habíamos hecho la reserva del taxi para las 8 para tener tiempo de sobra para pillar el ferry porque en la guía Lonely planet nos decía que había que estar allí 4 horas antes. Y como el viaje de subir a Saint Louis nos había llevado 6 horas en el bus decidimos que mejor que nos sobrara el tiempo que no que nos faltara. Ya teníamos los billetes del ferry reservados para este día,martes,y sabíamos que el siguiente ferry al sur no partía hasta el domingo,así que mejor no arriesgar.

El viaje a Dakar,esta vez,fue muy agradable,a pesar del calor y de que llenábamos el coche,las 4 con nuestro equipaje. Pero nada que ver con la lata de sardinas del bus de subida,que a pesar de todo,me alegro de haber cogido.

A mediodía ya estábamos en el puerto y,tras esperar 4 horas,y pasar mil controles,por fin pudimos subirnos al barco. Dejamos nuestras cosas en nuestro camarote y nos fuimos a disfrutar del ambientillo de la gente. El viaje duró 16 horas pero como pudimos dormir en el camarote se hizo bien,muy llevadero,y nada de mareo. Eso sí,para prevenir cayó una biodramina.

A las 12a.m. llegamos a Ziguinchor,donde nos estaba esperando Christopher,el guía que habíamos contratado para 2 ó 3 días. Nuestra intención era pasar eso,2 ó 3 días en esa zona,pero Chris nos dijo que el sábado(era miércoles) habría una fiesta increíble allí cerca y que no nos la podíamos perder,así que decidimos prolongar la estancia un poco más y así poder ir. Sabia decisión porque ese acabaría siendo el mejor día de todo el viaje. Pero esa historia será más adelante.

Nos recogió el coche que Chris había contratado,conducido por Eric,un tipo super majete. Hicimos una parada en el mercado de artesanía,donde daban ganas de comprárselo todo pero donde no compré nada porque no quería cargar con ello todo el viaje por todo Senegal.

Iniciamos viaje hacia Kabroose,viaje en el que hicimos varias paradas. Visitamos una casa tradicional de la zona,una "case á impluvium",casa circular con el techo inclinado en el centro que crea un agujero por donde cae el agua de lluvia a una pila,muy útil. Había un montón de niños allí jugando en el pueblito que se acercaron a vernos. En el coche llevábamos un balón de fútbol que les regalamos,y supongo que allí seguirán,disfrutando con él.

En el trayecto hubo más paradas,técnicas porque algo le pasaba al coche que no iba lo bien que debería. Pero bueno,mejor o peor conseguimos llegar a destino,el hotel Hakuna Matata,un sitio chulísimo a 5 minutos de una playa maravillosa donde nos acabamos quedando más tiempo del que pensábamos inicialmente.

Fuimos a cenar a Cap Skirring,que está al lado,y dimos un paseo por el pueblo. Luego,ya de vuelta en el hotel nos quedamos de palique y risas en el salón común con Renée,el dueño,un tipo muy majo,y su amigo André,gran tipo también.

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