(Este escrito lo había escrito hace un par de años y lo tenía olvidado en algún lugar de mi ordenador. Ahora, de casualidad, me lo acabo de encontrar.)
Uno
de los peores momentos aquí en Asmara ha sido cuando una conocida me
llamó porque tenía un problema, un problema serio. Resulta que
estaba embarazada. Soltera y embarazada, en Eritrea= problemón.
Eritrea
en el 2016 me da la impresión de ser en algunas cosas como yo creo
que debía de ser España en los 40, 50, 60, y supongo que también
en los 70, o sea, en tiempos de Franco. En Eritrea en 2016 las
mujeres, en general, tienen un ansia loca por casarse (bueno, no sólo
en Eritrea, esa obsesión también la veía en Estados Unidos en mi
etapa americana, del 2007 al 2010, con esa obsesión por tener el
anillo de diamantes de casada, obsesión que tanto me llamaba la
atención). La diferencia es que luego de casarse las mujeres en
Eritrea se plantean tener familia numerosa, siendo 4 ó 5 hijos un
número normal, mientras que en Estados Unidos no suelen tener tantos
hijos por elección propia.
Por
otra parte, en Eritrea la opción aborto está prohibida, puedes
acabar en la cárcel por ello. Así que cuando recibí la visita de
mi amiga se me planteó un problemón. Y es que mi amiga me llamó
porque quería una pastilla abortiva, pastilla que aquí es ilegal,
que en teoría no se vende en ningún sitio. Pero ella supuso que mi
novio, médico cubano, a lo mejor sabía de alguien que la pudiera
tener, o de algún lugar donde se pudiese conseguir. Yo,
inocentemente, me solidaricé con ella e intenté ayudarla,
preguntándole a mi novio de si sabía de alguien. Él, de entrada,
también parecía pensar en cómo ayudar, y quedamos en llamarla si
sabíamos algo. Pero luego él me hizo recapacitar y darme cuenta de
los problemas que esta situación podía acarrear. Y es que aquí no
te puedes fiar de la gente 100%. Por qué no? Porque pueden ser
espías del gobierno. Y mi novio me hizo este planteamiento: esta
chica es eritrea, se relaciona mucho con extranjeros pero sólo la
conocemos de fiestas, no es verdaderamente amiga íntima por la que
puedes poner la mano en el fuego porque no la conocemos tanto, y si
resulta que esta mujer es una espía del gobierno que quiere saber si
nosotros tenemos, o conocemos quien tenga, esta pastilla abortiva
ilegal? Y si, por conseguirle la pastilla, por ponerle en contacto
con gente que se la pudiera proporcionar, acabamos metiéndonos, no
sólo nosotros sino también otras personas, en un problemón? Porque
si efectivamente fuera una espía del gobierno supongo que nos
acabaría delatando, avisando a la policía, y nosotros a lo mejor
acabando en una cárcel eritrea, panorama que no me parece nada
apetecible. Y de rebote, también otra gente que nosotros pudiéramos
mencionar en nuestra inocente metedura de pata. Así que finalmente
optamos por no arriesgarnos y no buscar información.
Eso
es una carga de conciencia, no ayudar a alguien a quien quisieras
ayudar pero no te atreves, por miedo a meterte en un cacho lío. Y es
que se cuentan cosas horrendas con respecto a las cárceles aquí. No
es que sepa yo mucho, la verdad, pero lo poquito que he oído me da
miedito. Dicen que tienen a gente (no sé si presos comunes o presos
políticos o ambos) metidos en contenedores en pleno desierto, con un
agujero en el techo por donde les dan la comida. En el desierto hace
un calor infernal, e imaginarme dentro de un contenedor, uf, me da
algo. Me han hablado de un médico psiquiatra, disidente con el
gobierno, al que tienen metido en uno de estos contenedores, y el
pobre está enfermo, creo, de diabetes. En fin, un panorama en el que
no me gustaría verme. Lo siento por esta chica, de veras que lo
siento, pero entre mi egoísmo, mi miedo, y la alternativa que es
simplemente que un niño no deseado nazca, lo siento, insisto, pero
me puede mi miedo. No le va la vida en ello, sólo es algo que no
desea, y lo entiendo perfectamente porque su novio, el padre de la
criatura, se fue del país, como tantos, y le tocaría tener al niño
ella sola.
Lo
siento pero me puede mi miedo.
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